Carne y Arena en Tlatelolco

Friday, June 22, 2018

Nunca en mi vida pensé que posaría para una foto en mi blog si quiera en un blog. A decir verdad, pensé que el outfit que les mostraría con mis botas plateadas sería una serie de selfies y fotos de mis pies aparte. Pero la semana pasada tuve la fortuna de ir a la película de realidad virtual 'Carne y Arena' del cineasta Alejandro González Iñárritu. A mi parecer, pensé que mucha gente conocía sobre la existencia de esta película que recibió un Óscar "especial" por sus grandes méritos en tecnología, y la crudeza de sus eventos el pasado noviembre. Si no han visto el increíble discurso de Iñárritu al recibir este premio, les dejo el video de la Academia Cinematográfica de E.U.





Cuando me enteré de esta película, al principio me emocioné por el concepto de 'Realidad Virtual'. Pero fue la historia de quince minutos, que me dejó sin habla. No me adentraré tanto en los detalles del cortometraje pero si diré que Iñárritu te pone literalmente en los zapatos de los tantos inmigrantes que cruzan la frontera de México con Estados Unidos.

Entras al establecimiento, y en lo que al principio parece ser una broma, te piden que te quedes descalzo mientras ves los zapatos que alguna vez usó algún inmigrante indocumentado. Después te dirigen a un cuarto bastante grande para que te puedas desplazar libremente por él. Lo único que ilumina este cuarto es una luz horizontal roja. Estás descalzo y caminas por la arena que cubre todo el piso de dicho cuarto. Dos voluntarios te ponen los ya conocidos lentes y audífonos de realidad virtual, y una mochila. Entonces comienza la experiencia...



No es la primera vez que veo una película de realidad virtual. Así que pensé que ya tenía una idea de cómo resultaría mi experiencia en Carne y Arena. Para ser sincera, no sabía a lo que iba a ver. O mejor dicho, a sentir. Los estaría engañando si les dijera que no estuve a punto de gritar más de una vez. Sentir la arena en mis pies, la mochila en mis hombros, el viento y el piso moverse cuando un helicóptero venía a ¿atraparnos? Estar ahí no como partícipe en los hechos si no como un espectador no te hacía pensar que en algún momento también la policía fronteriza te atraparía a ti. Después de salir de la "función", vas a un pasillo donde ves las historias de cada uno de los inmigrantes en los que se inspiró la historia. Sales con el sentimiento de querer saber más, de hacer más por ellos, y te hace reflexionar de una manera profunda sobre el tema.




Nunca había ido al Centro Cultural Universitario de Tlatelolco, así que fue bueno explorar nuevos rumbos. Como mi acompañante y yo llegamos cuarenta minutos antes, aprovechamos para ir al parque de a lado. Tomamos muchas fotos e irónicamente unos chicos con vestuarios góticos hicieron su propio sesión fotográfica, dejándonos a nosotras parecer amateurs. Pero sin duda la experiencia de realidad virtual y un paseo por el parque hicieron un día difícil de olvidar en este ya casi verano.









xx, lizbeth.

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